lunes, 13 de diciembre de 2010

Sensación de estafa

Dentro de toda la gama de calamidades que debemos sufrir los venezolanos, inseguridad, alto costo de la vida, inflación, desgobierno, lluvias y para rematar ahora nos pondrán no sabemos dónde una planta nuclear. Ahora parece que debemos enfrentar una nueva, la calidad de los productos que nos alimentan.

Somos el quinto país exportador de petróleo, cualquier persona que entienda las implicaciones de esta última declaración, no podría entender que, no haya medicinas en los hospitales, las vías de comunicación estén abandonadas, llenas de huecos y sin alumbrado. No habría forma de explicarle a cualquier persona sensata del mundo el estado en el que nos encontramos comparados con los ingentes recursos de los que disfruta el estado y de los que ha gastado.

Aunado a todo lo anterior y sin querer sonar paranoico, les pregunto: ¿No han notado, cómo la calidad de los productos de toda índole, particularmente los alientos, han disminuido su calidad?

A un ritmo desenfrenado y particularmente desde enero de este año (2010), quien suscribe se ha encontrado con la dura realidad de aparte de no encontrar los específicos productos, marcas deseadas (la famosa escasez que nos azota desde hace algunos años) y que las llegan a nuestro hogar no son ni la sombra de lo que fueron hace un par de años. Con esto me refiero a pequeñas sutilezas como: botellas con tapas o chapas, latas con abre fácil y envases difíciles de abrir. No es paranoia, ¿Cuántas veces no le han pedido ayuda para destapar un botella de agua?

En el mismo orden, al destapar en envase: ¿No han notado que contienen más aire que el producto por el que estamos pagando? Las bolsas de pan rebanado son cada día más pequeñas, las pastas dentífricas duran menos, la margarina y en general lo que consumimos va disminuyendo su calidad a un ritmo lo suficientemente discreto como para darnos tiempo acostumbrarnos a ello. Como el experimento del sapo y al agua a la cual le van subiendo la temperatura poco a poco hasta que el sapo muere.

Ahora, ¿Quiénes son los responsables? ¿Son los productores e industriales? O ¿Es el gobierno? Lo que está ocurriendo ¿Será producto de las políticas que mantienen congelados precios desde hace unos cuantos años? ¿La destrucción del aparato productivo? ¿Serán las empresas tratando de reducir costos a los fines de mantener sus estructuras y poder seguir operando?

Salga sapo o salga rana, los venezolanos cada día que pasa estamos consumiendo en menor cantidad y sólo nos queda imaginarnos que la calidad de los productos debe estar disminuyendo en la misma proporción. No es suficiente que nuestras expectativas en seguridad, educción, ahorro, democracia y estabilidad monetaria disminuyan cada día, sino que además lo que consumimos ya no nos alimenta como debería ser.

¿Será esto cierto o es sólo una sensación de estafa?

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